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Logros y Acciones

Anoche, después de que la subcomisión creada para analizar y debatir las proposiciones sobre el informe de ponencia para segundo debate del PL 167 de 2019 (#LeyComidaChatarra), el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinComercio) envió nuevamente un concepto al órgano legislativo con el que pretende bloquear decisiones urgentes en salud pública, para proteger los intereses de la industria. Esta comunicación dice que no es necesaria una Ley, que con su expedición se estarían poniendo en peligro varios acuerdos comerciales y que le preocupa que con su promulgación se obstaculice o restrinja el comercio. Estos argumentos son falsos.

 

El Congreso de la República tiene potestad de legislar lo necesario en materia de salud pública. En ningún país del mundo el etiquetado frontal de advertencia ha sido un obstáculo para cumplir las obligaciones de comercio exterior. Además, el Gobierno Nacional ya adelantó un Análisis de Impacto Normativo que concluyó que el etiquetado frontal de advertencia es necesario que se adopte mediante una norma para proteger la salud de la población. La adopción de esta medida se hace con fundamento en la prevalencia de los derechos fundamentales sobre las disposiciones de comercio exterior.

 

Tenemos certeza de que la actuación del Gobierno Nacional por medio de este concepto se produce en cumplimiento del “Pacto para el crecimiento del sector alimentos procesados” suscrito el 5 de agosto de 2019 por el Gobierno Nacional y la ANDI, Asocaña, Asograsas. En este Pacto se dice que los proyectos de ley que buscan adoptar el etiquetado frontal de advertencia son un “cuello de botella”. Indigna que concepto sobre una regulación reclamada por la sociedad civil para proteger la salud de niñas, niños y adolescentes, sea dado por el MinComercio, mientras que el Ministerio de Salud y Protección Social guarda absoluto silencio.

Hacemos un llamado a los Congresistas, a los medios de comunicación y a los ciudadanos para que no permitamos este atentado contra la salud pública. El etiquetado frontal de advertencia previsto en la #LeyComidaChatarra es una medida recomendada por organismos internacionales, que ha mostrado ser eficiente en el mundo para mitigar el nocivo impacto de la #ComidaChatarra en nuestras dietas, especialmente en la población menor de 18 años, en las personas más pobres y vulnerables de nuestra sociedad. Por este motivo, denunciamos y rechazamos la maniobra del Gobierno Nacional a través del MinComercio para favorecer a la industria de la #ComidaChatarra.

 

Carolina Piñeros
Directora Ejecutiva de Red PaPaz
@caropineros @RedPaPaz

 

 

Un estudio recién publicado muestra cómo los colombianos, mediante los sellos frontales de advertencia en el frente de los empaques, pueden percibir fácilmente cuáles productos comestibles y bebidas son menos saludables. El 49% de los participantes afirmó que los sellos frontales octagonales los disuadía de consumir productos ultraprocesados que tienen exceso de nutrientes nocivos para la salud, comparados con el 27% que escogieron los sellos triangulares y el 21% los circulares; además el sello de advertencia octagonal fue el que más les gusto a los colombianos y en el que más creyeron.

El estudio mostró que, al momento de elegir entre dos bebidas de frutas, el 84% de los participantes consideró que la bebida que tenía un sello de advertencia octagonal era la que tenía mayor cantidad de azúcar, comparado el 32% que estuvo expuesto a los productos que tenían código de barras (A. Control).

 

Por otra parte, los sellos de advertencia tuvieron un desempeño similar entre los participantes de educación baja (básica secundaria o menor) y alta (nivel universitario o superior), lo que demuestra que los sellos de advertencia podrían tener un impacto positivo y equitativo en la toma de decisiones de compra, independientemente del nivel educativo.

Otro hallazgo importante es que la presencia de los sellos de advertencia en el frente del empaque desanima más a los colombianos a comprar estos productos, encontrando que cerca del 22% de los participantes compraría los productos menos saludables con el sello de advertencia, en comparación con el 54% que reportaron que los comprarían cuando vieron el código de barras (control).

Este estudio realizado de manera virtual en 2.000 adultos que observaron productos simulados del mercado con tres tipos de sellos: octágono, círculo, triángulo y el código de barras (este último de control), estableció cómo mediante estos sellos, los colombianos pueden percibir fácilmente cuáles productos comestibles y bebidas son menos saludables.

Los resultados de este estudio respaldan las acciones que vienen adelantando académicos y organizaciones de la sociedad civil a favor de la reglamentación de un etiquetado frontal que advierta cuando un producto tiene exceso de azúcar, sodio o grasas saturadas.

Hoy 16 de octubre, en el marco del Día Mundial de la Alimentación 2020 se resalta la importancia de contar con sellos frontales de advertencia como un mecanismo para promover mejores prácticas de alimentación encaminadas a disminuir los altos niveles de obesidad y sobrepeso que se registran en Colombia, donde 1 de cada 4 escolares entre 5 y 12 años tiene sobrepeso u obesidad y el 56,4% de los adultos afrontan esta situación (ENSIN 2015), haciendo inaplazable que el Estado implemente medidas que busquen mejorar los hábitos alimentarios y así mitigar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Este tipo de políticas ya se están implementando en Chile, Perú, México y Uruguay, logrando una reducción en el consumo de productos ultraprocesados con exceso de nutrientes críticos. Según un estudio reciente en Chile, la cantidad de productos y bebidas con alto porcentaje de nutrientes críticos disminuyó del 51% al 44% después de la implementación de la Ley de Etiquetado y Publicidad de Alimentos.

La conmemoración de este día, bajo el lema “Cultivar, nutrir, preservar. Juntos” hace un llamado a que los Estados pongan en marcha programas que garanticen el acceso de alimentos saludables y verdaderos a toda la población, especialmente los que se ven afectados por la crisis de la emergencia del COVID 19.

Para los investigadores, “Los encargados de la formulación de políticas en Colombia deberían considerar la advertencia del octágono como parte de una política de etiquetado en el frente del envase para ayudar a los consumidores a identificar y reducir el consumo de alimentos y bebidas con alto contenido de nutrientes preocupantes.”

Por su parte, Luis Fernando Gómez, profesor de la Universidad Javeriana, los resultados de este estudio son consistentes con otras investigaciones llevadas a cabo en América Latina, que muestran la efectividad de los sellos de advertencia. Para que esta intervención genere un mayor impacto, debe estar vinculada con otras acciones políticas como la restricción de publicidad y promoción de comestibles ultra-procesados, la regulación de entornos alimentarios y la implementación de un impuesto a las bebidas azucaradas.

Mercedes Mora, también coautora en esta investigación, y profesora de la Universidad Nacional y de la Universidad Javeriana, considera que este estudio demuestra que los sellos octagonales de advertencia en el frente de los empaques son claros y comprensibles para la población colombiana y ayudarían a promover una alimentación mas saludable sumado al consumo de alimentos naturales los cuales son saludables y nunca llevarían un sello de advertencia.

Para Carolina Pineros Ospina, directora Ejecutiva de Red PaPaz, este estudio es un respaldo invaluable para la #LeyComidaChatarra y que los colombianos tengamos estos sellos octagonales al frente de los empaques que nos adviertan cuando los productos ultraprocesados tienen exceso de azúcar, socio o grasas saturadas.

Solicitamos al Presidente de la República que de manera urgente intervenga para ajustar el presupuesto que se asignará en 2021 al ICBF, luego de la reducción anunciada por la Directora General de esta entidad. No solo es necesario que se cubra el déficit sino que se incremente en la mayor medida de lo posible la partida asignada a esta entidad que cumple una función determinante en la garantía de los derechos de la niñez y la adolescencia.

 

“Esta reducción conllevaría, según la Directora General del ICBF al recorte de ochenta y cuatro mil cupos de atención integral a primera infancia y sesenta y dos mil cupos de NNA que se encuentran en procesos de restablecimiento de derechos”

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